BARBARIE INTERNA

  

No sólo hay que tener en cuenta la barbarie externa, sino también la interna, tal vez de una presencia histórica menos llamativa, pero no despreciable, toda vez que contribuye a explicar la idea del “encuentro de tradiciones”. En efecto, podemos hablar en el Bajo Imperio Romano de una “barbarie soterrada”, latente, especialmente en las provincias y que se hace sentir en la medida que el poder central decae, manifestándose como un retroceso de la Romanidad. Es el caso, por ejemplo, de las Galias en los siglos IV y V, desde la época de Juliano (361-363) hasta los inicios del Reino Visigodo de Aquitania (418), o el de las provincias africanas cuya población presencia, dada la ruptura de las comunicaciones y el aislamiento, un rebrote de berberismo y nomadismo. El repliegue de la vida urbana frente a la creciente ruralización de la sociedad, puede entenderse en la misma óptica. Se puede decir que el retroceso de la Civilización implica un retorno a los orígenes, al espíritu privado y primitivo. Veíamos este fenómeno en el caso de los ejércitos privados; podemos agregar ahora la “barbarie soterrada”, la ruralización, la regresión económica, e incluso el Derecho llamado “vulgar”, de carácter localista, provincial, casuístico y que apela a la costumbre. 

 

            También en el arte se observarán cambios que dicen relación con este proceso; la aparición del “arte plebeyo”, marginal en sus orígenes pero expresión ya de un “nuevo gusto” en los siglos III y IV, un arte no oficial sino privado, se caracterizará por alejarse de las formas “clásicas”, recurriendo a soluciones estéticas –muchas adoptadas después por el cristianismo- como la frontalidad rigurosa y selectiva, proporciones jerarquizadas (los elementos o personajes más importantes de la obra son más grandes que el resto, una “aparente” desproporción), la “desorganicidad” temporal y espacial, representación de escenas de la vida cotidiana, lenguaje simbólico y abstracción.

 

            Todas estas son, así, características del primitivismo interior que emerge y que nos dice que había ciertos niveles en que romanos y bárbaros, los de fuera del limes, podrían llegar a un entendimiento, esto es, a encontrarse culturalmente. De hecho este mundo romano parece estar más cerca, o anunciarla, de la Edad Media que de la época clásica.