FRAGMENTOS ACERCA DE LA NOCION DE IMPERIO ENTRE LOS TURCOS DEL ASIA CENTRAL

 

Epitafio de Tonyukuk (1):

Yo, el Sabio Tonyukuk, nací bajo la dominación china. El pueblo turco obedecía a los chinos.

 

Inscripciones del Orkhon I, Epitafio de Köl-Tegin (2):

Cuando, en lo alto, el Cielo azul, y, abajo, la Tierra oscura se formaron, entre los dos nacieron los Hombres. Sobre los Hombres reinaron mis antepasados Boumyn-Kagan e Istemi-Kagan. Reinando, ellos tuvieron en sus manos y modelaron el Imperio y la Ley del Pueblo Turco...

Cuando mi padre el Kagan (emperador, Gran Khan) murió, mi hermano menor Köl-Tegin quedó huérfano en su séptimo año... En su decimosexto año he aquí los éxitos que obtuvo para el Imperio y los Estados de mi tío el Kagan:... En su vigésimo primer año nos batimos contra el Sengün (General) Tchatcha... etc...

El pueblo de los Nuevos Oghuz era mi propio pueblo. Porque el Cielo y la Tierra estaban en desacuerdo, él se convirtió en enemigo (3).

Mi hermano menor Köl-Tegin encontró la Fatalidad. Yo pensé. Mis ojos que veían se quedaron sin vista, mi sabiduría que sabía se quedó como sin saber. Yo pensé: "El Dios Tiempo ordena. Todos los hombres nacieron para morir". Así pensé yo. "Si a los ojos vienen las lágrimas, si al alma y al corazón vienen los sollozos", así pensé por otra parte, he pensado intensamente, "entonces, los dos Chad (Virrey), y también mis hermanos menores, mis hijos, mis Beyes, mi pueblo tendrán los ojos y las pestañas sumergidas", así pensé yo (4).

El Wang-Tutuk chino vino con un ejército de cincuenta mil hombres. Nos batimos. Köl-Tegin, a pie, se lanzó al asalto. Tomó con su mano, todo ataviado, al joven cuñado de Wang-Tutuk, y, todo ataviado, lo ofrendó al Kagan. El ejército, entonces, lo redujimos a la nada.

 

Inscripciones del Orkhon II, Epitafio de Bilgä-Kagan (5):

En mi décimo séptimo año -es Bilgä-Kagan el que habla- hice una expedición contra los Tangut... En mi décimo octavo año, una expedición contra los Sogdianos... En mi vigésimo segundo año, hice una expedición contra los chinos... En mi vigésimo sexto año, el pueblo Chik, unido a los kirguises, se convirtieron en enemigos...

Habiendo trabajado tanto, mi padre el Kagan murió, el Año del Perro, la décima luna, el veintiséis. Yo hice hacer los funerales, el Año del Cerdo, quinta luna, el veintisiete (6).

Adelante (al este), yo hice la campaña hasta la llanura del Shang-Tung; por poco no llegué al Océano. A la derecha (al sur), yo hice la campaña hasta los Nueve Ersin; por poco no llegué al Tíbet.

¡Yo formé los pueblos de los cuatro rincones del mundo, yo hice prosternarse a los que tenían una cabeza, arrodillarse a los que tenían rodillas! ¡Por decreto del Cielo en lo alto y de la Tierra abajo, con mi pueblo obtuve éxitos tales que el ojo jamás vio, tales que el oído jamás escuchó!

¡Medita! ¡Contra tu Kagan que te guió gracias a tu obediencia, contra tu buen Imperio que se independizó, eres tú mismo el que cometiste errores; eres tú el que introdujiste el mal! ¿Vinieron hombres armados de algún lugar para dispersarte y echarte? ¿Vinieron lanceros de algún lugar para deportarte y perseguirte? ¡Pueblo de la selva sagrada de Otüken, eres tú el que partiste! ¡Partiste tan lejos como se puede partir! En las tierras de donde tú partiste -bien hecho para ti-, tu sangre corrió como las aguas, tus huesos cubrieron el suelo como montañas. Tus hijos de raza de señores se convirtieron en esclavos; tus nobles hijas, en siervas. Porque tú no sabías, porque tú eras malo, mi tío el Kagan voló y partió.

Jamás hubo nada superior a la selva de Otüken. La tierra que tuvo el Imperio fue (siempre) la selva de Otüken. Habitando este territorio, yo me puse de acuerdo con el pueblo chino: porque éste da sin restricciones oro, plata, brocados, terciopelos.

¡Vosotros, los Beyes y el pueblo turco, escuchad! ¡Pueblo turco! Cómo, obedeciendo, conservas el Imperio, yo lo grabé aquí. Y cómo, extraviándote, pereces, yo lo grabé aquí. Todo lo que tenía que decir con palabras, yo lo grabé en la piedra eterna: ¡Sabed obedecer! ¿Entonces, pueblo y Beyes turcos, vosotros, Beyes, que en este momento obedecéis, iréis vosotros, por casualidad a extraviaros?

¡Pero el Cielo de los Turcos, en lo alto, y la Tierra y el Agua Sagradas de los Turcos dijeron así: "¡Que el pueblo turco no vaya a la nada! ¡Que vuelva a ser un pueblo!" Y por ello, a mi padre el Kagan El-Terish y a mi madre la Khatun El-Bilgä, el Cielo los tomó por la punta de la cabeza y los elevó a las alturas.

El oro amarillo, la plata blanca, el terciopelo grabado, el brocado granulado, los caballos de silla, los patrones, las cibellinas negras, las ardillas azules, yo los gané, yo los aseguré para mis turcos, para mi pueblo: yo hice a mi pueblo sin inquietud.

 

Inscripciones del Orkhon I y II (7):

A menos que en lo alto el Cielo se desplomase, que abajo la Tierra se hundiese, pueblo turco, ¿quién hubiera podido destruir tu Imperio y tus Estados?

El pueblo chino tenía palabras dulces como la leche y suaves sedas. Seduciéndolos con sus dulces palabras, con sus suaves sedas, acercaba a sí a los pueblos lejanos. Después de establecerse cerca de él, entonces ellos pensaban según doctrinas perjudiciales... (8)

Pueblo turco, he aquí tu muerte: si tú dices "Establezcámonos a la derecha (al sur), no en la selva de Choghay, pero sí en la llanura", pueblo turco, ¡he ahí tu muerte!... Pero si, habitando la tierra de Otüken, envías caravanas y convoyes, no sufrirás la menor penuria. Si habitas la selva de Otüken, serás poseedor de un Imperio eterno.

 

(1) Epitafio del gran jefe guerrero y estadista Tonyukuk, inscrito sobre estelas erigidas hacia el año 725 cerca del río Tola, no lejos de Ulan-Bator. v. Diógenes, XLII, 1963, p. 73.

 

(2) Se conocen como Inscripciones del Orkhon I y II los epitafios o Bengü Tash (nombre de la estela funeraria en turco antiguo) del príncipe Köl-Tegin, muerto en el año 731, y el de su hermano mayor el emperador Bilgä-Kagan, yerno de Tonyukuk, muerto en 735; tales inscripciones están ubicadas en las inmediaciones del curso superior del río Orkhon. v. Diógenes, XLII, 1963, p. 74, 75, 79, 80, 82.

 

(3) El Cielo turco, Türk Tengri, inspira y sostiene al Kagan turco (soberano absoluto designado por el Cielo), asegura la victoria de las armas turcas, la eternidad del pueblo turco y su hegemonía sobre todos sus vecinos.

 

(4) Palabras de Bilgä-Kagan.

 

(5) v. Diógenes, XLII, 1963, pp. 75, 76, 77, 78, 81, 82.

 

(6) Quien toma la palabra es el hijo de Bilgä-Kagan, nuevo Kagan reinante. Las dos fechas corresponden, respectivamente, al 25 de Noviembre del año 734 y al 22 de Junio del año 735 de la Era Cristiana.

 

(7) v. Diógenes, XLII, 1963, p. 79 y s.

 

(8) Palabras de Bilgä-Kagan. 

 

En: "El hombre y la noción de Historia en el Asia Central Turca del siglo VIII" (Selección y presentación de los textos a cargo de L. Bazin. Trad. del francés por M. E. S. de Hermitte), en: Diógenes, XLII, Junio de 1963, Buenos Aires, pp. 71-83.