EL SAQUEO DE CONSTANTINOPLA POR LOS CRUZADOS

 

Igual que este palacio se rindió al marqués Bonifacio de Monferrato, el de las Blaquernas se rindió a Enrique, hermano del conde Balduíno de Flandes, salvando igualmente las vidas de los que estaban dentro. También allí fue encontrado un tesoro muy grande, no menor que el de Bucoleón. Cada uno llenó con sus gentes el castillo que le fue entregado e hizo custodiar el tesoro; y las otras gentes que estaban dispersas por la ciudad hicieron también gran botín; y el botín fue tan grande que nadie os podría hacer la cuenta: oro y plata, vajillas, piedras preciosas, satenes, vestidos de seda, capas de cibelina, de gris y de armiño y toda clase de objetos preciosos como nunca se encontraron en la tierra. Godofredo, mariscal de Champagne, da testimonio según la verdad y en su conciencia que, desde que el mundo fue creado, nunca se hizo tanto botín en una ciudad.

 

VILLEHARDOUIN, La Conquête de Constantinople, 250, Ed. de E. Faral, Les Belles Lettres, 5ème Tirage, Les Belles Lettres, 1973, Paris, vol. 2, p. 53.