DE VALERIANO Y SU PERSECUCIÓN

 

 

1. Galo y su equipo, después de haber retenido el mando casi dos años, fueron derrocados, y les sucedieron en el gobierno Valeriano y su hijo Galieno.

2. Otra vez, pues, nos es dado a conocer lo que de él cuenta Dionisio por la carta dirigida a Hermamón, en la cual lleva su narración de la siguiente manera:

"Y también a Juan le fue revelado igualmente: Y se le dio, dice, una boca que profiere grandezas y blasfemias, y le fueron dados poder y cuarenta y dos meses.

3. "Pero ambas cosas son de admirar en Valeriano, y sobre todo se ha de considerar cómo era al principio, qué favorable y benevolente para con los hombres de Dios, porque, antes de él, ningún otro emperador, ni siquiera los que se dice que abiertamente fueron cristianos, tuvo una disposición tan favorable y acogedora. Al comienzo los recibía con una familiaridad y una amistad manifiestas, y toda su casa estaba llena de hombres piadosos y era una Iglesia de Dios.

4. "Pero el maestro y jefe supremo de los magos de Egipto logró persuadirle a que se desembarazase de ellos, y le ordenaba matar y perseguir a los puros y santos varones, porque eran contrarios y obstáculo de sus infames y abominables encantamientos (pues son, efectivamente, y eran capaces, con su presencia y con su vista, e incluso únicamente con su respiración y el sonido de su voz, de destruir las asechanzas de los pestíferos demonios), y le sugería realizar iniciaciones impuras, sortilegios abominables y ritos de mal auspicio, así como degollar a míseros niños, inmolar a hijos de padres infortunados, abrir entrañas de recién nacidos y cortar y despedazar las criaturas de Dios, como si por todo esto hubieran de ser felices.

5. Y a esto añade lo siguiente:

"En consecuencia, Macriano les ofreció buenos sacrificios de acción de gracias por el imperio que esperaba. El, que en un principio había estado al frente de las cuentas universales del emperador, no tuvo un solo pensamiento razonable ni universal, sino que cayó bajo la maldición del profeta que dice: ¡Ay de los que profetizan desde su propio corazón y no miran lo universal!

6. "Y es que no comprendió la providencia universal ni temió el juicio del que antes que está antes que todo, a través de todo y sobre todo, por lo cual se convirtió en enemigo de su Iglesia universal, se hizo ajeno y se desterró a sí mismo de la misericordia de Dios, y huyó lejísimo de su propia salvación, mostrando en ello la verdad de su propio nombre".

7. Y después de otras cosas vuelve a decir:

"Valeriano, efectivamente, inducido por éste a tales excesos, se vio objeto de insultos y ultrajes, según la sentencia de Isaías: Y éstos escogieron para sí los caminos y las abominaciones que su alma quiso; pues yo me escogeré sus burlas y he de recompensarles sus pecados.

"Macriano, en cambio, enloquecía por el imperio, a pesar de no merecerlo; y no pudiendo revestir él los ornamentos imperiales en su cuerpo contrahecho, propuso a sus dos hijos, que así recibieron los pecados paternos, pues fue bien clara en ellos la predicción hecha por Dios: Yo, que castigo los pecados de los padres en los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me odian.

"En efecto, al arrojar sus propios malvados deseos, que se habían frustrado, sobre las cabezas de sus hijos, también les transfirió su propia maldad y su odio a Dios".

Y ésto es lo que Dionisio dice sobre Valeriano.

 

Eusebio de Cesárea,Historia Eclesiástica, VII, 10, en: Cruz, N., "Relaciones Cristianismo-Imperio Romano. Siglos I, II, III", en: Revista de Historia Universal, nº 8, 1987, Santiago, pp. 124 y s.